Con más de seis años en élite y con experiencias muy distintas en el exterior y en la Liga, David nos da en esta entrevista, una visión diferente del fútbol.
David Dóniga Lara es Licenciado en CC. de la Actividad Física y del Deporte, entrenador UEFA PRO y mano derecha de Víctor Sanchez del Amo, a quien ha acompañado en diversas aventuras futbolísticas en Deportivo de La Coruña, Real Betis Balompié o Málaga CF.
David nos habla desde una visión mucho más amplia, profunda y holística del entrenamiento de fútbol. Desde la gestión emocional, a la gestión de la propia vida, como base en la planificación de este deporte.
Durante este tiempo de cuarentena, ha comenzado con una iniciativa para aprovechar el tiempo y mejorar como profesionales, conociendo el punto de vista de diferentes profesionales del fútbol, haciendo charlas en directo a través de Youtube e Instagram. Te dejamos aquí abajo los canales donde puedes seguir estas charlas todas las semanas, y donde puedes seguirlo a él.
Youtube: David Dóniga Lara
Instagram: @donigalaradavid
Twitter: @DonigaLaraDavid
Le damos las gracias a David, por el tiempo dedicado para hacer esta entrevista y espero que la disfruten, tanto como nosotros.
Nos gustaría conocerte un poco más. Has estado trabajado en Bolivia, Dubai y Grecia y grandes nombres de la liga española ¿Podrías resumirnos un poco tu trayectoria hasta llegar hasta donde estas ahora?
Empecé a hacer INEF justo el año en el que jugaba en División de Honor; en quinto curso dejé todo para dedicarme al curso de entrenador. Hice el primer nivel en ese año de quinto y, según acabé la carrera, segundo y tercer nivel. Así, con 24 años ya tenía el nacional.
Había empezado a entrenar dando el salto de jugador del Club Deportivo Guadalajara en Tercera División a llevar equipos de una escuela de fútbol en 2000, en un pueblo que se llama Daganzo, al lado de Torrejón de Ardoz, donde residía desde mi nacimiento.
Tres años después, en Alcalá de Henares, muy cerca de allí, cogería un equipo, la Real Sociedad Deportiva de Alcalá alevín, en el que estuve medio año, y, ya la temporada siguiente, haciendo el nivel 2, entrenaría durante un año en el Complutense, en máxima categoría alevín.
Durante el tiempo del nivel 3, empecé a entrenar en categoría superior. El equipo que te decía de alevines, el Complutense, tenia un equipo en Preferente. Le pregunté al entrenador al acabar la temporada si no le importaba que me fuera a trabajar con él en su próximo proyecto; no disponía de asistentes y la idea le pareción buena. Nos fuimos a un equipo de Preferente y lo ascendimos a Tercera (el ahora llamado Alcobendas Sport). Allí estuvimos un año más manteniéndolo en categoría nacional.
A partir de ahí, nos separamos, y empecé a trabajar con Manuel Alfaro, el ex jugador del Hércules. Nos hicimos amigos en el curso de entrenador y con él he estado prácticamente 8 años.
Trabajamos juntos, en San Fernando, Talavera, Toledo en Tercera y Segunda B, y Jorge Wilstermann en primera de Bolivia.
Al volver a España no encontramos nada. A mí me ofrecieron en junio la posibilidad de trabajar con el cuerpo técnico de Gabriel Humberto Calderón, pero aún no se sabía dónde. Me preparé para poder irme con él en cuanto la oferta se concretara, algo que llegó en octubre. Yo ya había conocido a Víctor Sánchez en agosto de ese mismo año. La experiencia en Emiratos me duró solo tres meses y, a la vuelta, tras mi despido, en enero, Víctor me pidió que preparara algún informe por si acaso salía algún equipo.
Cuando salió el Deportivo de la Coruña, en abril de 2015, empezamos a trabajar juntos, Hicimos dos temporadas en el Dépor, Olympiakos, Betis, estuvimos dos años parados y ahora acabamos de salir de Málaga.
La verdad es que, hace diez años, hubiera firmado debutar ahora mismo en primera.
¿Cuáles han sido tus aprendizajes más significativos en estas etapas?
Primero, que soy un ignorante, que no tengo ni idea de casi nada. Ese es el mayor aprendizaje. Y que todas las cosas que aprendo, lo único que hacen, es contaminarme para poder aprender más cosas. Es decir, al creerme los conocimientos que asimilo, me identifico con unas cosas que tampoco son ciertas. Eso es lo más importante. El saber que no tengo ni idea de casi nada y que todo lo que estoy aprendiendo son conocimientos que no son la realidad. Eso es súper positivo. Me insisto constantemente para desidentificarme y poner en duda aquello con lo que me identifico. Al menos para darme cuenta de que lo hago. Eso es un paso grande.
Luego aprendí la importancia de entender que lo emocional y lo racional no son departamentos estancos, que lo emocional es clave, que sin lo racional no se filtra la emoción, que lo racional no puede tener más importancia que lo emocional en la toma de decisiones, que los marcadores somáticos son claves en nuestra relación con el medio y en esas toma de decisiones, y que no se sabe en qué medida funcionan a la vez. Es una cosa que en mi carrera no está instaurada. Te llevan a lo racional y a lo científico. Y eso es importante, pero es una forma más de ver la realidad.
Yo me centraría en eso. Queda un poco metafísico, pero es la realidad. A partir de ahí ya puedes ir a cosas más concretas. Es decir, yo soy mucho más abierto ahora. Eso me permite, pues, manejar diferentes sistemas de juego, diferentes modelos de intervención, aprendizajes, y otra formas de verlo todo, sin ese condicionamiento de que las cosas son de una manera determinada.
A nivel futbolístico, es una paradoja, pero siento que hay que entrenar de una manera más abierta; condicionar menos las tareas del entrenamiento; y sin embargo, a nivel práctico, creo que la organización debe ser mucho más sencilla. A los jugadores tienes que darles poca información y mucha práctica; que el contexto sea el que le haga experimentar y que el juego y la especificidad estén por encima de todo.
También aprendí que la salud es fundamental, porque no puedes contar con los jugadores si se lesionan o están en malas condiciones, y eso es necesario hacerlo de manera complementaria, sistémica y holística.
Y por último, que la información que le demos a los futbolistas tiene que estar en función de lo que ellos quieren recibir. Ellos son los que tienen que darte la información para tu guiar el proceso de aprendizaje. Ellos son los expertos en jugar al futbol, y tú tienes que tener tus herramientas (conocimientos científicos, oratoria, conocimiento metodológico) para ayudarles a ellos a que lo que quieren poner en marcha se lleve a cabo.
Entrando en materia, y de manera general, ¿Cuáles crees que son los aspectos más importantes en la preparación de un equipo de primera división?
Yo le doy mucha importancia a que las tareas sean productivas. O sea, que el aprendizaje sea significativo.
Es muy importante sincronizar el trabajo de preparadores físicos y entrenadores para que tengamos una tendencia común. Para mí, hay patrones de juego que son muy importantes, que se deben dar siempre en todas las tareas; incluso en la tarea más nimia, como puede ser un calentamiento de “tocar y moverse”, se están dando detalles que se repiten 50 veces. Puede que eso cree un patrón.
Por ejemplo, si en todos los calentamientos hacemos 15-20 minutos de venir, dejar de cara e irnos, lo que va a hacer el jugador siempre que tenga ocasión similar en juego es dejar de cara e irse. Lo tiene grabado, le sale automático. Puede ser el único aspecto del juego en el que yo soy directivo al 100%. Cualquier hábito, sea cual sea el que cada entrenador entienda como menos productivo, tiene que ser un recurso que el juego te genere y no algo que provoquemos con nuestras tareas; lo que queramos que aparezca de manera recurrente, pues, habrá que provocarlo y repetirlo de manera consciente hasta que se fije como rutina.
Ese ejemplo me sirve para dar a entender que las tareas tienen que ser abiertas, que el condicionamiento tiene que estar en función de resultados (que se compita para ganar en el entrenamiento), de objetivo (poner metas a conseguir como, por ejemplo, llegar a 10 goles) y que sean muy significativas.Si es todo muy directivo, le puedes dar al jugador sensación de seguridad, pero eso no es lo que pasa en el partido, y puede no ser tan útil.
Fuera del terreno de juego, quizás, el salto mayor ha sido ver en vídeo nuestros entrenamientos y nuestros partidos. Nos permite ofrecerle al jugador un feedbackde lo que estamos haciendo para seguir nuestra evolución. Mucho más significativo, en mi opinión, que analizar al rival. Me parece determinante el autoconocimiento y el feedback con “sustancia” para seguir progresando.
Y luego esta el trato humano. Prefiero que la gente sea feliz a convencerles. Yo no tengo que convencer a nadie de nada. Convencer es de las palabras más feas del diccionario. Implica que yo me creo que tengo la verdad, y que te tengo que decir a ti una cosa para que hagas lo que yo digo porque yo soy el que tiene razón. Se trata más, en mi opinión, de que los jugadores te convenzan a ti.
Los jugadores tienen que decirme lo que les apetece, mostrarme en el día a día con sus actitudes y sus hábitos lo que les va, y yo canalizarlo como experto. Suena como que no se puede hacer; pero yo estoy convencido, porque lo he visto, de que se puede hacer.
¿Qué ventajas e inconveniente ves en metodologías de trabajo como el microciclo estructurado o periodización táctica?
Por un lado, en la Periodización Táctica (PT), lo que me chirriaba era que se basara en el juego, pero que tuviera denominaciones y conceptos basados en la condición física, pues habla de estímulos de tensión, velocidad, duración… Y luego, que no hablase del tema complementario, algo que Xavier Tamarit tocó en posteriores publicaciones.
Nos haríamos los locos un poco si no entendiéramos que los futbolistas, aparte de la hora y media de entrenamiento, necesitan una carga complementaria para amortiguar la sobrecarga que les produce el propio fútbol; que la nutrición es fundamental; que es necesario dormir 8-10 horas… todo eso es salud e influye en el rendimiento deportivo. Y está claro que estamos hablando de fútbol, pero la PT no me parece una teoría sistémica. Al final terminan separando lo que es el fútbol de lo que es la vida.
La persona que más credibilidad me da al hablar desde una manera sistémica es Paco Seirul-lo. Yo no alcanzo a pensar de la manera en que él me ha podido expresar, las veces que hemos compartido unos ratos, su forma de entender la vida. Está a otro nivel. Tiene una cabeza privilegiada. Yo pienso que el lenguaje no ayuda, pues podemos tener sensaciones, emociones o ideas que nos hagan sentir lo que es el “Todo” y que luego no se puedan expresar con palabras porque no hay palabras para expresar, con nuestros lenguaje, un lenguaje sistémico. Dicen los expertos que algo no existe hasta que no se verbaliza, hasta que no se tiene una palabra o grupo de palabras que lo exprese. Necesitaríamos otro paradigma educativo y otra forma de comunicarnos para expresar la complejidad. Con un lenguaje lineal y una forma de entender la realidad parcelada, el paradigma de la complejidad es todavía una utopía que podemos hacer el esfuerzo de comprender pero que no vamos a entender al completo, y menos a expresar.
En cuanto al Microciclo Estructurado, concretamente, como me decías de la PT, yo he escuchado y leído todo lo que he podido: de voz de Paco lo que me ha contado él; he analizado el Microciclo Estructurado (ME) para muchos trabajos; me han explicado y he visto in situ el modelo Barça… Al final, volvemos a lo mismo: si tienes que entrenar, con todo lo que conlleva, con nuestra forma de ver la vida cartesiana, a jugadores con mentalidad cartesiana, se hace muy difícil expresar un lenguaje sistémico para un modelo de entrenamiento sistémico.
Lo que yo saco de todo esto es que es muy complicado intentar explicarnos, tal como nosotros no hemos educado y tal como es nuestro lenguaje, de esa manera sistémica que queremos, que sentimos y que imaginamos, pues no tenemos una manera específica de expresarla.
Lo que yo propongo como planificación en “La Planificación Futbolística Española” no se explica de manera sistémica, soy consciente. También se explica de manera lineal. Lo que intento es mantener todo dentro del envase que lo contiene, del continente. La planificación es todo, es lo que contiene nuestro trabajo y la vida en general, pues el trabajo que hacemos está dentro de ella.
El Microciclo Estructurado no puede reflejar lo que piensa Paco. Lo que piensa Paco es increíble, y el ME al final te explica una manera de entrenar para mortales.
Si ves cualquier entrenamiento de primera división, todos entrenan más o menos igual. La diferencia está en lo que tú haces con lo que pasa; qué feedback recibe el jugador, qué libertad tiene cuando juega, qué condicionamiento o constreñimiento recibe. Y, en base a eso, pues, lo mismo puede hacer que tienda a una cosa o a otra.
La planificación es todo, es lo que contiene nuestro trabajo y la vida en general, pues el trabajo que hacemos está dentro de ella
En relación a esto ¿Qué importancia le das en el fútbol actual a la gestión emocional en el equipo dentro de la preparación de un microciclo semanal?
Con el tiempo me he dado cuando de que para hacer un buen trabajo con los demás el primero que tenía que estar limpio era yo. Igual que un psicólogo no puede ponerse delante de alguien a escucharle, ayudarle y guiarle en un proceso si no está limpio, cuando tú estás mal no puedes ayudar a nadie. Si tú estas sano, en paz, lleno de amor y lleno de vida, vas a ofrecer eso de lo que estás rebosante.
¿Cómo va a ir alguien con ira, soberbia y cargado de negatividad a ayudar a nadie? Si yo no estoy bien, yo no tengo ganas de ir a un campo de fútbol a decirle a alguien que corra. Me va a dar igual lo que haga, su vida: me da igual todo. Con lo cual, el primer paso es ese, estar bien contigo mismo.
Una vez que estás bien y estás para darte a los demás, ahora sí. Entonces esta gestión es simplemente ir atendiendo a las cosas que van pasando. Y en el tema emocional no tengo protocolos. Igual que tengo protocolos para todo, para ahorrar tiempo, en la gestión emocional no hay protocolos.
A este respecto entiendo que hay varios puntos:
Si ponemos el punto de partida, para explicarnos, del día a día, en el fin de semana de competición, partamos de lo que ocurre desde el final de un partido en adelante… ¿Has perdido o has ganado? En felicitar a los jugadores, por ejemplo, por su compromiso, nada más acabar, ya empieza la gestión emocional: si felicitas a todos menos a uno, ese uno se va a dar cuenta; si tienes mala cara cuando felicitas a la gente, por mucho que felicites se darán cuenta de que estás enfadado. Constantemente, tienes que medir cada paso que das, tomar conciencia de lo que estás haciendo.
La comunicación con todos y cada uno, lo que se dice en prensa, la cara que muestras al aficionado, la gestualidad, el tono de voz… El contacto y las conversaciones son clave. Debes estar a disposición del jugador. Ser empático. Escuchar, más que decir. Esperar a que la gente te pregunte para tú decirle, y no al revés (no siempre es así, habrá momentos que exijan transmitir cosas sin que nadie las pida).
En la gestión emocional no hay protocolos.
Pasado el primer día, después de la competición, tienes ya tus propias conclusiones. Cuando vuelves a ver al jugador, más en frío ya pasadas las horas, esa gestión emocional puede estar en mirar a la gente a los ojos y abrirte a lo que sientan. La pregunta de ¿cómo te sientes? o ¿qué sientes? (dentro de un contexto y de manera natural…)son ejemplos para evitar respuestas cerradas de sí o no que no permitan que el jugador se exprese.
En el día a día semanal toca hablar con la gente, y hablar más con los que no juegan que con los que juegan, seguramente; pero no dejar de hablar con los que juegan tampoco. Que el comportamiento tienda a ser el mismo siempre. Principio de coherencia. Con algunos tendrás que hacer charlas individuales, con otros en la oficina, con otros en el gimnasio. La experiencia y el conocimiento de nuestra gente nos permite entender dónde pueden sentirse más cómodos y seguros.
Así, en ese microciclo de trabajo, lo que a mí más incertidumbre me genera es que no sé a qué voy a tener que atender, pues eso no se puede protocolizar.
La gestión emocional tiene que ir por ahí, a mi manera de verlo. Por la adaptación constante y por la empatía, la justicia a la hora de tomar decisiones. La ecuanimidad; el ser capaz de tratar a todo el mundo, diferente, porque son diferentes, pero sin ningún tipo de ventaja con respecto al otro.
¿Hacia dónde crees que debería tender el entrenamiento de fútbol y cuál sería tu modelo ideal a este respecto?
Mi idea es que el entrenador coja al equipo una hora y media, y solo juegue al fútbol. Con dinamismo, tarea tras tarea, y se vaya para dentro.
Antes y después, que el entrenamiento complementario sea individualizado, adaptado a las descompensaciones que le produce a cada uno el fútbol. Con un preparador personal. Con una nutrición de calidad, es decir, aquella en la que el jugador solo consuma materias primas y coma menos, que desaparezcan lácteos, cereales y que no se tome azúcar (esto es más profundo y con más sentido. Invito a buscar información sobre PNI).
Ordenándolo, sería:
- Llegar a las 7:30 u 8:00 de la mañana. Los jugadores desayunarían (o no). Se irían cada uno al gimnasio a hacer su rutina individualizada, cada uno con un preparador.
- Cuando terminaran esa rutina, tomarían algún tipo de recuperador, o de complemento, y ya se pondrían a tu disposición (del entrenador).
- Estarían contigo hora y media trabajando y luego harían el trabajo que les tocara después.
- Una vez que terminasen: comida, fisioterapia ( o al revés), y a casa.
Se trataría de llevar la preparación física por individualización. Que hubiera en el fútbol profesional un preparador cada dos jugadores como mínimo.
Yo lo he hecho en equipos profesionales, estando yo solo, sin ayuda, yendo antes y después de entrenar. Y se puede hacer. Esa sería la idea. Hay gente en la cantera de sobra para que vayan a hacer prácticas, que están más que preparados para llevar el entrenamiento de un jugador, si es que un club no lo tiene en presupuesto.
Es posible, solo es necesaria una optimización de recursos. Nada más. Lo fácil es hacer lo de siempre.
Y luego es un tema de concepto. Por ejemplo, si el jugador sabe que cuando pisa el césped solo va a jugar al fútbol, la cosa cambia. Es una idea muy chula. En el campo de fútbol solo se juega el fútbol.
Pero no hay esa cultura. Siempre hay una parte de carga física al principio, que al final lo entiendo, pues los PF quieren ofrecer una carga física al jugador y estímulos futbolísticos. Pero al ofrecer con esto, desvirtúas el juego, porque estás condicionándolo a que sucedan determinadas cosas.
El campo de fútbol, es un campo de fútbol. No es un campo de actividades gimnasticas con finalización.
¿Crees que el Big Data ayuda en la preparación de un equipo? Y ¿Hasta que punto consideras que es más importante la gestión de la información que la información en sí?
A mí el Big-Data no me ayuda. Me complica la vida. Porque una cosa que es tan sencilla, dentro de la complejidad, se vuelve una locura. Las estadísticas de Mediacoach me abruman. No sé por donde empezar.
Por ejemplo, yo tengo una idea de lo que he visto en el partido; el jugador tiene una idea de lo que ha visto. Hemos hablado todos y vemos que las ideas va por un lado (el que sea), hay unos números sobre llegadas al área, finalizaciones, tiros a puerta que has hecho tú y que te ha hecho el rival; hay un tanto por ciento del tiempo que has tenido el balón y, en ese tiempo, sabes cuántas veces has llegado… Todos estos datos que nos aporta la tecnología son interesantes ya, nos dicen mucho, y yo como experto les doy valor, una importancia, ocupan parte del análisis y los introduzco dentro de la idea que me conformo en torno al rendimiento. Me parece que estos ya son datos significativos y que me dan mucha información. La cantidad de la que disponemos es imposible de procesar, incluso hay valores que no entiendo. Entiendo que se den y creo que hay departamentos y profesionales suficientes para encargarse de ciertos datos. Solo siento que la diferencia la marca el ojo experto del que ve el fútbol y los datos nos ayudan a contrastar, si quieres, que se corrobora lo que el experto siente. Ahora, como técnico, no me permito no estar adaptado a todo lo que va saliendo a nivel tecnológico. Es decir, que si lo descarto es porque lo conozco; que si no lo utilizo es porque entiendo que puedo prescindir de ello. Si hay algo nuevo, yo, aprendo.
Hay veces, en relación a esto, que entiendo que tener que verme partidos y partidos del rival, cuando nosotros no hacemos un juego óptimo en el aspecto que sea, es quizás darle más importancia a cosas que no son tan relevantes. Me pide el cuerpo, en estos momentos, priorizar nuestra mejora y nuestra adaptación a situaciones cambiantes que genera el juego frente a modelar patrones para aprovechar debilidades, por ponerte un ejemplo. Exagero, pues hay tiempo para todo (casi siempre) y somos muchos profesionales los que trabajamos en los cuerpos técnicos. Solo te expreso la jerarquía en cuanto a lo que priorizar si el tiempo apremia o hay que dedicar menos trabajo a algo cuando las competiciones se ajustan temporalmente.
Al final, lo analítico, la causa-efecto, el prepara acciones cerradas ante comportamiento habituales del rival sirve para que al futbolista le des la jugada hecha. Un proceso cerrado. Y creo que es más una fantasía que una realidad que eso sirva. Esto dice muy poco de nosotros como entrenadores si no entendemos que la neutralización o superación de un patrón observado en el oponente se conseguirá con la repetición analítica y descontextualizada de una acción determinada apoyados en la causa-efecto de manera lineal (cuando hagan esto, nosotros haremos lo otro). Yo tuve que aprender acerca de la toma de decisiones para sentirme preparado para entrenar. Si no sabes cómo funciona la toma de decisiones, no puedes prepara al jugador para competir. Es básico para entenderlo todo. ¿Cómo le vas a proponer a un jugador una cosa cerrada en un contexto cerrado al inicio, pero que, en cuanto se pone el balón en juego, está abierto? Al final todo puede pasar y la intuición es la que toma el mando frente a lo racional.
Este es un proceso difícil de manejar. Necesita tiempo, necesita errores. A ninguno nos enseñaron así. Implica mucho estudio, aplicación de las teorías y evidencias de neurocientíficos como Damasio a nuestra práctica, toma de conciencia de cómo actuábamos cuando éramos futbolistas, volver a jugar y sentir lo que la ciencia nos demuestra con justificaciones, y muchas horas de práctica ( y muchas horas de equivocaciones). A mí me a costado casi 14 años darme cuenta de esto. Cada uno tiene sus tiempos. Por eso decía que era importante ser consciente de que no sabemos nada. No nos exime de responsabilidad, pero somos humanos y todos tenemos derecho a aprender y, sin errores, no hay aprendizaje. Seamos solidarios.
«El que solo sabe de fútbol, ni de fútbol sabe» dices en alguna entrada de tu blog. Para ti, ¿Qué factores es importante que domine cualquier profesional que interactúa con un grupo de personas?
Primero, tiene que resolver esa paz interior, estar a gusto consigo mismo. Eso no quiere decir que te pares a prepararte y luego empieces a trabajar. Hay que aceptar que nos equivocaremos, como decía antes, pero intentemos limpiar cuanto antes, pues así podrás darte antes a los demás. Somos personas que nos dedicamos a una cosa en la que estamos al servicio de la gente, la gente no está a nuestro servicio. Somos personas a las que la gente utiliza para sacar su potencial y no al revés. Tienes que aprender a relacionarte con los demás. Por ahí va el aprendizaje de la inteligencia emocional o de la psicología. Todo empieza en tu cambio.
Tienes que aprender cómo funcionan los sistemas. Conocer el funcionamiento del proceso de aprendizaje es imprescindible. En eso es recomendable leer a Damasio, como mencioné anteriormente, a Capra, a expertos neurociencia, fisiología y neurología. Hay que aprender de la gente que ha estudiado y que explica cómo funciona ese proceso de aprendizaje; hay que estudiar PNL y coaching, que te permiten relacionarte a través del lenguaje de una manera eficaz y efectiva. Yo creo que esas son las claves a nivel práctico. Cosas que te pueden servir para tu trabajo. Cosas que yo hice y me sirvieron. Por eso me siento con derecho a compartirlo, pues hablo desde la experiencia; a partir de ahí, coger cosas de otros deportes; y para mí, el siguiente paso (por ahora definitivo) es la espiritualidad. El tener una percepción de unidad con respecto a todo. Una percepción de que esto es una realidad nada más y de que hay cosas muy por encima de todo esto. De que las cosas que nos contamos en la vida, “importantes”, sobre trabajo, éxito, metas, obligaciones y demás, son simplemente un teatrillo. Esos conceptos, que están muy relacionados con la espiritualidad, te hacen entender que no tiene importancia prácticamente nada de lo que haces.
Eso es básico para poder dedicarte a las tareas mundanas de una manera más tranquila. Así disfrutarás con lo que haces, sea cual sea la situación en la que te encuentres. No es que sirva para el fútbol, sino que como vives en ese estado 24 horas, en el desempeño de tu trabajo como entrenador también se refleja, y todo funciona mejor. El equilibrio en todo lo que haces se convierte en una consecuencia de ese estado de armonía constante.
Creo que eres un lector empedernido y no solo en materia de fútbol. ¿Qué libros recomendarías a cualquier entrenador o preparador físico?
Para la gente que está empezando a trabajar en futbol les recomiendo los míos:
Y también:
- La Periodización Táctica de Xavier Tamarit.
- Entrenamiento en los Deportes de Equipo de Paco Seirul-lo.
Fuera del futbol, les recomiendo ‘’La trama de la Vida’’,de Fritjof Capra, y, de neurociencia, ‘’El error de Descartes’’, de Antonio Damasio.
En el apartado espiritual, que lean ‘’Siddharta’’ de Hermann Hesse para que se introduzcan de una manera sencilla en la filosofía oriental a través de la vida de Gautama, el primer Buva.
De ahí yo me iría a otros libros de espiritualidad budista, india, etc. Yo recomendaría leer los libros sagrados como ejercicio. Todos tienen una sabiduría maravillosa y casi todos coindicen en lo mismo.