La resistencia en el futbolista es algo que se suele evaluar y tener en cuenta para establecer unos parámetros del rendimiento del jugador. Analizamos como evaluar este perfil de resistencia en el futbolista
La evaluación en el fútbol se ha expuesto a numerosos cambios en los últimos años, la incorporación de la Tecnología no es un mero hecho, es una realidad que nos ha configurado una nueva perspectiva y focalización de nuestra tarea como preparadores físicos, sobre, que evaluaciones son predisponentes y cuales determinantes en este deporte. Los nuevos factores orientados a la determinación del perfil fisiológico del individuo en relación con las variables de equipo nos posicionan en una situación de refutar viejas teorías y optimizar el proceso evaluativo.
El fútbol es un deporte que demanda una interacción completa entre aspectos tácticos, técnicos, psicológicos y físicos. En resumidas cuentas, es una actividad que eleva a todas ellas a niveles superiores.
Uno de los factores predisponentes sobre los cuales cimentar un programa de entrenamiento eficaz y eficiente en las diferentes unidades temporales (periodo preparatorio, competitivo y transición), será el conocimiento de las respuestas fisiológica individuales asociadas al juego y específicamente al modelo de juego escogido.
En estas líneas, intentare, en forma breve realizar una descripción de los aspectos fisiológicos relacionados con el entrenamiento de la resistencia en el fútbol y posteriormente presentar una propuesta evaluativa de interpretación y aplicación inmediata.
Demandas Físicas en el Fútbol
El fútbol, desde el punto de vista fisiológico, presenta patrones de actividad que podremos describir como una actividad de moderada duración que incluye esfuerzos intermitentes a alta intensidad, intercalados con periodos de recuperación de baja/moderada intensidad o de pausa total (Bangsbo et al., 2006; Stolen et al., 2005). Este patrón de actividad observado durante un partido es una relación directa del jugador, el cual responde a las acciones de ataque-defensa de su equipo y del adversario, existen limitaciones tácticas asociadas a su posición que ocupe en el campo y el modelo de juego desarrollado por su equipo y el rival, influyendo la voluntad del jugador de apoyar a sus compañeros (Drus et al., 2007).
En la actualidad la gran mayoría de los equipos de elite tienen acceso a sistemas de análisis y monitoreo que les permite conocer todos los aspectos que influyen durante la competencia, y desprender las siguientes variables, a modo de resumen:
Variable | Cuantificación | Autor |
Distancia Recorrida | 8-12 km | Stolen et al., 2005 |
Cambios de Actividad/tarea | Cada 4-6´´ | Mohr et al., 2005 |
Total de Actividad por Partido | 1300 actividades | |
Acciones a Alta Intensidad | 220 acciones | |
Distancia Recorrida en el 1° Tiempo | 5-10% Superior al 2°Tiempo | Stolen et al., 2005 |
Distancia Recorrida en el 2° Tiempo | 5-10% Inferior al 1°Tiempo | Stolen et al., 2005 |
Ahora, si analizamos las actividades importantes durante un partido, especialmente las que condicionan el rendimiento físico de un jugador, serán las relacionadas con los periodos de alta intensidad, que parecen ser los de mayor importancia para el desarrollo de una competencia (Bradley et al., 2010ª; Bradley et al., 2009; Di Salvo et al., 2010; Di Salvo et al., 2009). O sea, el volumen de ejercicios a alta intensidad y no la distancia total recorrida total, parece ser lo que diferencia a jugadores de elite de jugadores de profesionales de inferior nivel.
En promedio, los jugadores de elite realizan 28% mas de ejercicios de alta intensidad (2.430 vs 1.900 km) y recorren 58% más distancia esprintando (650 vs 410 km) que los jugadores profesionales de menor nivel (Mhor et al., 2003).
Frecuencia Cardíaca
Representa un indicador de la carga interna del deportista, y durante un partido de fútbol podrá ubicarse cerca del 85% de la frecuencia cardiaca máxima (Bangsbo et al., 2007). Es posible realizar una conversión de los valores de consumo de oxígeno, usando la relación entre la frecuencia cardiaca y consumo de oxígeno obtenida durante un test incremental en tapiz rodante. El consumo de oxígeno medio está ubicado alrededor del 70 % del consumo de oxigeno máximo.
Respuestas Metabólicas
Las demandas metabólicas/energéticas alternan entre el aprovisionamiento energético durante los periodos de alta intensidad y la recuperación de los depósitos energéticos y el reequilibrio de la homeostasis celular durante los intervalos de recuperación. Si bien las acciones críticas durante un partido (duelos, contraataque, tiros, aceleraciones y desaceleraciones) dependen del metabolismo anaeróbico, a su vez están sostenidas por un fondo predominante aeróbico de actividades submaximas.
Anteriormente he mencionado que un jugador de nivel elite realiza aproximadamente 200 acciones de alta intensidad durante un partido, esto indica que la utilización del metabolismo anaeróbico es alta durante determinados momentos de este. Existe una solicitación intensa que provoca la degradación de los depósitos musculares de fosfocreatina que se resintetizaria en los periodos de baja intensidad/descansos posteriores.
Con respecto a la concentración de lactato sanguíneo, durante un partido la misma fluctúa entre 2 y 10 milimoles, con valores individuales que pueden alcanzar los 12 milimoles (Bangsbo et al., 2007).
El glucógeno muscular se reduce entre el 40% y el 90% durante la competencia y probablemente es el sustrato energético más importante para los jugadores de fútbol (Bangsbo et al., 2007)
El metabolismo lipolítico también parece jugar un papel importante durante un partido de fútbol, en este sentido las concentraciones de ácidos grasos libres en la sangre aumentan de forma progresiva durante el partido, particularmente en la segunda parte. Los periodos de descanso y de baja intensidad durante la competencia permiten un aumento del flujo sanguíneo en el tejido adiposo, lo que facilita la aparición de ácidos grasos libres en la sangre (Krustrup et al., 2006).
Rol de la Resistencia como Factor Determinante del Rendimiento del Jugador de Fútbol
Es de vital importancia realizar una conceptualización de la resistencia dentro del rendimiento de un jugador de fútbol, con el fin de jerarquizar, que contenidos de entrenamiento son importantes y poder planificarlos correctamente.
Existen diversos estudios en la actualidad que relacionan a la resistencia con el rendimiento durante un partido. Por ejemplo, la capacidad máxima de un futbolista de realizar esfuerzos a altas intensidades, cuantificada la misma con un test incremental e intermitente (Protocolo Yo-Yo Test) se ha relacionado con la distancia total recorrida durante un partido de fútbol, tanto en futbolistas jóvenes, mujeres y adultos (Castagna et al., 2009; Castagna et al., 2010; Krustrup et al., 2005; Mhor et al, 2003).
La resistencia anaeróbica se ha evaluado con test de esprint repetidos, y de forma similar a la resistencia aeróbica (intermitente o continua) diversos estudios han encontrado correlaciones positivas entre el rendimiento en un test de esprints repetidos y el rendimiento físico en fútbol (Buchheit et al., 2010ª; Krustrup et al., 2005; Rampinini et al., 2007).
Es importante remarcar, que las correlaciones son moderadas (entre 0,50 y 0,70). De forma práctica, y entendible esto significa que dos jugadores de fútbol con niveles de condición física similares pueden presentar valores muy diferentes durante un partido.
A modo ejemplificador, durante un estudio reciente de Bradley y colaboradores (Bradley et al., 2010b) se puede extraer que dos jugadores con un rendimiento final en el Test Yo-Yo de 2000 mts, recorrieron durante un partido 2000 y 3250 metros respectivamente a alta intensidad, representando una diferencia del 160% en el rendimiento físico a alta intensidad durante la competencia, a pesar de que los jugadores contaban con el mismo nivel de condición física (Mendez-Villanueva and Buchheit, 2011). Estos datos mencionados, nos obligan a tener cuidado a la hora de predecir el rendimiento físico durante una competencia a partir de una prueba de resistencia.
Evaluación de la Resistencia en el Fútbol
Una de las pruebas más conocidas que permite evaluar la capacidad de resistencia en jugadores de fútbol es sin lugar a dudas el Yo-Yo Test (Bangsbo et al., 2008). Durante los últimos años diferentes estudios marcan que los jugadores de elite presentan un rendimiento en dicha prueba de aproximadamente 2400 metros (Yo-Yo Test Nivel 1) y de 1300 (Yo-Yo Test Nivel 2) (Iaia et al., 2009).
A partir de lo anteriormente mencionado, debo señalar que, aunque el Yo-Yo Test se ha popularizado y emergido con gran velocidad y es posiblemente una de las pruebas de resistencia más utilizado en todas sus modalidades, es un test que ofrece muy poca información a nivel de posibilitar un análisis fisiológico individual. Es decir, el resultado final del Yo-Yo Test, representado por la distancia recorrida, valora la capacidad de realizar acciones intermitentes de alta intensidad, pero no aporta ninguna información sobre “como”se ha conseguido este rendimiento. En tal sentido, muchos profesionales parecen ignorar que el resultado final de una prueba intermitente como el Yo-Yo Test, es el resultado de un conglomerado de factores que como mínimo incluirían: la condición física aeróbica, la capacidad/potencia anaeróbica, habilidad para cambiar de dirección, capacidad para acelerar, capacidad de recupera entre esfuerzos (Buchheit, 2008; Buchheit et al., 2009).
En resumidas cuentas, es posible que jugadores con perfil fisiológico extremadamente diferente obtenga resultados similares en el Yo-Yo Test. Por ende, el Yo-Yo Test parece ser una prueba correcta para el rendimiento, permite predecir con más o menos precisión la capacidad física del futbolista, pero es un test que, realizado aisladamente no permite diagnosticar puntos débiles/fuertes sobre los que entrenar al futbolista individual o al equipo.
Usted se preguntará ¿En los equipos profesionales que cuentan con sistemas de análisis del rendimiento (GPS), por ende, conocen el rendimiento de sus jugadores y del equipo, la aplicación de un test como el Yo-Yo es de utilidad?
Mi respuesta es un rotundo, “no”, y considero que es de dudosa utilidad, pero si quiero aclarar que si el objetivo de realizar un test es verdaderamente optimizar el proceso de entrenamiento, la utilización de otros test adicionales que permitan evaluar de forma aislada (y no como la mayoría de los test intermitentes) los determinantes fisiológicos de la capacidad para realizar ejercicios intermitentes de alta intensidad parece más razonable.
Una cualidad en la cual se ha centrado la atención en los últimos años es la capacidad de repetir esprint (repeat-sprint ability) ((Bishop et al., 2011; Girard ed al., 2011; Spencer et al., 2005). Es importante aclarar que la capacidad de repetir esprints depende de la velocidad del jugador (Mendes-Villanueva et al., 2011ª; Pyne et al., 2008) y por lo tanto una prueba de esprints repetidos y una prueba de velocidad es posible que estén midiendo parámetros similares (Rampinini et al., 2009). Además, la supuesta “Especificidad” de las pruebas de esprints repetidos (que parecerían replicar lo que sucede durante un partido de fútbol ha sido puesta en entredicho (Buchheit et al., 2010b; Di Salvo et al., 2007)
Recapitulando, los factores que consideraríamos a la hora de evaluar la resistencia en el fútbol serían los siguiente:
- Evaluar la capacidad de realizar actividades intermitentes a alta intensidad a través de la prueba 30-15 IFT(Buchheit, 2008)
- Evaluación de la velocidad aeróbica máxima, o estimación de esta mediante un test de campo incrementar a través delTest Course Navette.
- Evaluación de la velocidad de sprint máxima, mediante la prueba de Velocidad sobre 20 Mts
Si aplicamos está propuesta de evaluación de la resistencia en el fútbol, podremos acceder a la siguiente información:
Evaluación de la condición física (resistencia) general:
La velocidad final alcanzada en la prueba 30-15 IFT está determinada por la interacción simultanea entre capacidad aeróbica, capacidad/potencia anaeróbica, habilidad para cambiar de dirección, capacidad de aceleración y desaceleración y por supuesto la capacidad de recuperarse entre esfuerzos.
Prescripción individualizada del entrenamiento intermitente:
A diferencia de los protocolos de prueba intermitentes utilizados en la actualidad, en este sentido se incluye el Yo-Yo Test, el Test 30-15 IFT ha sido validado como una herramienta que permite individualizar el entrenamiento intermitente (Buchheit, 2008)
Identificar puntos fuertes y débiles de cada jugador:
La prueba 30-15 IFT alcanza una velocidad que está entre 2 y 5 km/h mayor que las velocidades alcanzadas en los test continuos utilizados para obtener la velocidad aeróbica máxima, comparando la velocidad final alcanzada en el 30-15 IFT, la velocidad aeróbica máxima (Test Course Navette) y la velocidad de sprint máxima se pueden obtener datos importantes sobre el perfil de resistencia de cada jugador como, por ejemplo:
Capacidad de Recuperación Inter-Esfuerzo:
La diferencia entre la velocidad alcanzada en la prueba 30-15 IFT y la velocidad aeróbica máxima obtenida en un test continuo, incremental también realizado en forma de ida y vuelta con cambios de dirección (Test Course Navette), permitirá la evaluación de la capacidad de recuperación inter-esfuerzos. Sintéticamente, a mayor diferencia entre las dos velocidades (las obtenidas en la prueba 30-15 IFT y la velocidad aeróbica máxima obtenida a través del Test de Course Navette), mejor sería la capacidad de recuperación.
Velocidad Anaeróbica de Reserva:
La diferencia entre la velocidad de sprint máxima (Prueba de Velocidad sobre 20 mts) y la velocidad aeróbica máxima (Test de Course Navette) es lo que denominamos velocidad anaeróbica de reserva, esto es la “reserva”de velocidad que el jugador posee una vez alcanzada la velocidad aeróbica máxima (Bundle et al., 2003; Mendez-Villanueva et al., 2008). Aunque es una cualidad de cuyo conocimiento no es excautivo, parece que la misma depende de las cualidades de velocidad así como de la capacidad anaeróbica del jugador. A mayor diferencia entre la velocidad de sprint máxima y la velocidad aeróbica máxima, mayor velocidad anaeróbica de reserva, y esto indicaría un perfil más anaeróbico del jugador.
Como podemos interpretar, teniendo en conocimiento de estos datos permitirá al preparado físico o readaptador, una prescripción del entrenamiento individual más especifica que la mera utilización de una prueba intermitente aislada.
Bibliografía:
Méndez-Villanueva. (2011). Entrenamiento de la Resistencia en Deportes de Dinámica Intermitente. G-SE, Curso a Distancia de Entrenamiento en Deportes Acíclicos, 16.