Como mejorar el sistema inmunológico en el futbolista

En tiempos de COVID debemos de mejorar el sistema inmunológico en el futbolista

La presión que ejerce la selección natural es inagotable e interminable. Las enfermedades infecciosas emergentes tienen tanto potencial para moldear la historia humana futura como las epidemias y pandemias del pasado. Manejar esta amenaza depende de comprender cómo maximizar el potencial de nuestro sofisticado sistema inmune al servicio de la salud humana debería de poder estar al alcance de cualquiera. Y en estos días en los que el coronavirus, y en donde los futbolistas están en casa, todavía más si cabe. 

Se han identificado muchos tipos importantes de células inmunes. En un análisis de sangre de rutina, se contarán cinco tipos diferentes de glóbulos blancos. Un inmunólogo o un hematólogo puede subdividir estas poblaciones aún más, sobre la base de las proteínas que se expresan en sus membranas celulares. Pero en este artículo no queremos meternos de lleno en la teoría y si proponer unas bases prácticas para el fortalecimiento de este sistema inmunitario en personas futbolistas.

Alimentación 

Lo más importante por encima de cualquier alimento es crear una base nutricional saludable y variada, priorizando alimentos naturales. Comer poco de muchas cosas y no mucho de poco. No obstante hay alimentos y vitaminas capaces de darle un plus a nuestro sistema inmunológico. 

La vitamina C juega un papel fundamental en el sistema inmune, se ha visto que la deficiencia de vitamina C da como resultado una inmunidad deteriorada y una mayor susceptibilidad a las infecciones. A su vez, las infecciones impactan significativamente en los niveles de vitamina C debido a una mayor inflamación y requerimientos metabólicos. 

Además, la suplementación con vitamina C parece ser capaz de prevenir y tratar infecciones respiratorias y sistémicas. La prevención profiláctica de la infección requiere ingestas dietéticas de vitamina C que proporcionan niveles plasmáticos al menos adecuados, si no saturantes (es decir, 100-200 mg / día), que optimizan los niveles de células y tejidos.

Vitamida D

Ahora se sabe que la hormona activa 1,25 (OH) 2D es funcionalmente activa en la expresión de más de 2000 genes a través de elementos de respuesta a la vitamina D, incluidos los que inhiben la diferenciación celular, inducen la diferenciación terminal y la apoptosis, inhiben la angiogénesis , estimulan la producción de insulina e inhiben la producción de renina. 

También se ha encontrado que estimula a los macrófagos a producir un péptido antimicrobiano llamado catelicidina que está involucrado en la muerte directa de las micobacterias, incluido el agente causante de la tuberculosis (. Las acciones no clásicas de la vitamina D a menudo implican la producción extrarrenal local de 1,25 (OH) 2D del 25 (OH) D circulante, y operan fuera del circuito de retroalimentación principal que controla el equilibrio mineral; Como resultado, permanecen limitados por los efectos primarios de 1,25 (OH) 2D sobre el metabolismo mineral 

Por tanto, la vitamina D a través de la regulación de los macrófagos, mejora el sistema inmune y regula la respuesta inmunitaria. 

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Probióticos

Consumo de organismos probióticos como la leche o el yogur aumentan la inmunidad celular en personas mayores y niños.

Además, está bien establecido que la microflora intestinal afecta el desarrollo y el funcionamiento del sistema inmune, por lo que es razonable concluir que la microflora intestinal podría modularse mediante el uso de organismos probióticos, lo que podría proporcionar medios para mejorar el estado inmune de personas sanas y las que no lo son. 

La evidencia sugiere, por tanto, que los probióticos poseen propiedades inmunoestimuladoras

Actividad física

Niveles moderados de actividad física fortalecen el sistema inmune y reducen el riesgo de infección

No obstante, el ejercicio intenso tiene efectos dramáticos en el sistema inmunitario del huésped. De hecho, el ejercicio extenuante provoca cambios inmunológicos similares a muchos estreses clínicos como trauma, quemaduras, cirugía y sepsis.

El ejercicio intenso de resistencia, como correr, nadar, andar en bicicleta o remar, produce una leucocitosis profunda debido al aumento en el número de neutrófilos, linfocitos T y B, y Células NK en la circulación sistémica

Sin embargo, el ejercicio regular (3–4 veces por semana), de intensidad moderada tiene una notable gama de efectos saludables para la salud y probablemente previene muchas de las enfermedades que ahora amenazan a la humanidad a nivel mundial; por ejemplo, enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.

Parece que un efecto principal por el cual el ejercicio puede mediar los efectos positivos para la salud es a través de la modulación del sistema inmune. En su revisión, Karstoft y Pedersen discuten algunos de los mecanismos por los cuales el ejercicio ejerce sus efectos antiinflamatorios y de mejora del metabolismo. 

Parece que el ejercicio físico tiene efectos positivos sobre el microbioma intestinal. El tracto intestinal es el hogar de una amplia y diversa gama de microorganismos colectivamente referidos como el microbioma intestinal. La investigación en los últimos años ha demostrado el papel notable que desempeña el microbioma intestinal en la regulación de la inmunidad y el metabolismo del huésped, y las interrupciones en el microbioma intestinal pueden conducir al desarrollo de numerosas enfermedades inflamatorias crónicas. 

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Sueño

Varios estudios experimentales en animales y humanos muestran que la manipulación del sueño puede afectar una amplia gama de parámetros inmunes, incluida la migración y distribución de leucocitos, producción de citocinas, actividad y proliferación de leucocitos, anticuerpos, y genes relacionados con el sistema inmune. 

Los estudios en humanos indican que la pérdida del sueño aumenta la susceptibilidad a las infecciones y empeora la respuesta inmune.

Por tanto, respetar los ciclos circadianos y realizar una correcta rutina de sueño, mejorará las fases más profundas del sueño mejorando nuestro sistema inmunológico.

Meditación y mindfullness

Se encontró en diversos estudios que la meditación de atención plena modula algunos parámetros inmunes seleccionados de una manera que sugiere un perfil inmunitario más salutogénico. Específicamente, la mediación de la atención plena parece estar asociada con reducciones en los procesos proinflamatorios, aumentos en los parámetros de defensa mediados por células y aumentos en la actividad enzimática que protege contra el envejecimiento celular. 

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Entorno natural 

Existe evidencia de que estar en entornos naturales reduce el estrés y las hormonas asociadas a el. 

Fitness Revolucionario en su blog expone que es gracias a las fitoncidas: “Las fitoncidas son sustancias volátiles liberadas por plantas y árboles, que se absorben a través del sistema olfativo y producen una reducción inmediata de hormonas del estrés, elevando a su vez la concentración en sangre de células asesinas o NK (del inglés Natural Killer), un tipo de glóbulo blanco que previene infecciones y ataca células cancerígenas “

Bibliografia

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