El trabajo preventivo se posiciona como clave en los últimos años en los equipos profesionales de fútbol. En este artículo aprenderemos como insertarlo dentro de la programación de nuestro microciclo
Uno de los principales objetivos y problemas con los que se encuentra un staff técnico es con la Periodización, que no es otra cosa que la manera de repartir los contenidos que queremos entrenar en una unidad de tiempo. Por ejemplo, repartir los contenidos en una semana, sería programar un microciclo.
El microciclo es la unidad de tiempo más utilizada en el fútbol ya que nos encontramos con un evento competitivo por semana, o incluso dos, si hubiese copa o competiciones internacionales. Estos microciclos se establecen en función de los requerimientos del equipo, como pueden ser; el calendario, el estado de recuperación o requerimientos condicionales entre otros.
Hay que tener en cuenta que la programación de los microciclos es cíclica, pero la carga de entrenamiento externa varía en función de la fase de la temporada en la que nos encontremos o de quién sea el próximo rival, por ejemplo. Además, el microciclo puede cambiar en función de las competiciones que se jueguen.
En cuanto a la colocación de esos contenidos en los días de la semana, hay que entender el concepto MD. MD hace referencia al Match Day (día de partido) a partir del cual se estructuran los contenidos. Si nos encontramos ante un microciclo típico, en el que juego el sábado y el siguiente partido es el sábado, tendríamos 6 días para entrenar.
A partir de aquí, el domingo se consideraría MD+1, y el lunes MD+2. El signo es el + porque hace referencia a las 48 horas de recuperación que necesita el deportista tras la competición. Luego, los días se restarían con respecto al siguiente partido, quedándonos así:
- Domingo= MD+1
- Lunes= MD+2
- Martes = MD-4,
- Miércoles= MD-3
- Jueves= MD-2
- Viernes= MD-1
Por lo general la máxima carga de entrenamiento se hará el día más alejado de partido, en este caso correspondería al MD-4.
Incidencia lesiva en fútbol
Hemos de tener claro que el fútbol es un deporte de contacto, de alta intensidad en el que existe inevitablemente un alto riesgo de sufrir una lesión más o menos invalidante durante su práctica.
Las lesiones no solo generan el problema que supone tener a un jugador de baja y no contar con él para los partidos, sino que también, según un estudio de Ekstrand (4) se calcula que el costo promedio de una lesión de un jugador de primer nivel ronda los 500.000€.
En una revisión y meta-análisis realizado por López-Valenciano, Ruiz-Pérez et al. (2019) se encontró que la incidencia lesional general en fútbol fue de 8.1 lesiones por cada 1.000 horas de exposición, siendo 10 veces mayor en los partidos que en los entrenamientos. (5)
Inserción de la acción preventiva
Aunque se sigue hablando de “prevención de lesiones” hay que se conscientes de que esta no existe, no se puede prevenir una lesión, lo único que podemos hacer es tratar de minimizar factores de riesgo asociados a ella.
Hay que tener claro que, dado que el fútbol es un deporte complejo, resulta mucho más difícil insertar metodologías “preventivas”. En este caso, nos interesará que las tareas que hagamos resulten útiles para ser optimizadoras y preventivas al mismo tiempo.
Hemos de partir de la idea que el objetivo fundamental de una propuesta preventiva es reducir el potencial lesivo de los factores de riesgo propios del fútbol. Para ello, nuestra labor será centrarnos en el desarrollo de tareas que involucren las estructuras propias del fútbol.
Cuando hablamos de prevención de lesiones nos encontramos con la propuesta de Daniel Romero (2) que distingue 3 tipos de trabajos con orientación preventiva:
– Compensatorio-Preventivo
– Optimizador-Preventivo mediante cargas no competitivas.
– Optimizador-Preventivo mediante cargas específicas y competitivas.
El trabajo Optimizador-preventivo mediante cargas específicas debe ser el eje central del entrenamiento del jugador.
El trabajo Preventivo-Compensatorio lo podríamos definir como aquella intervención con el fin de recuperar y estabilizar estructuras corporales que han sufrido un estrés considerable tras las demandas del entrenamiento o la competición. Este trabajo lo situaremos por lo tanto tras la realización de cargas de trabajo que han provocado una fatiga importante en determinadas zonas anatómicas.
Y, por otra parte, el trabajo optimizador-preventivo mediante cargas no competitivas buscará adaptaciones fuera de la situación deportiva, pero orientado a mejorar la coordinación y la resistencia en la realización de las habilidades del futbolista.
La estructura condicional tiene una gran importancia en la prevención de lesiones ya que trabajar la resistencia a las habilidades propias del deporte es uno de los factores clave para conseguir retardar al máximo la aparición de fatiga, y por tanto, la aparición de acciones erróneas, tanto desde el punto de vista coordinativo como cognitivo que pueden aumentar el riesgo de lesión. (2)
Si estamos buscando la respuesta a: ¿en que días de la semana inserto el trabajo preventivo? ¿con que nivel de carga inserto el trabajo preventivo? No vamos a encontrar una respuesta cerrada, ya que como hemos dicho anteriormente, el fútbol es un fenómeno complejo, esencialmente variable, incierto e irrepetible, mientras que por su parte el deportista es una estructura disipativa que se autoestructura según procesos dialógicos como así entiende Seirul·lo. (3)
En este artículo puedes encontrar más información al respecto. https://www.efficientfootball.com/el-jugador-de-futbol-esa-estructura-compleja/
Por lo tanto, y por lo que hemos visto hasta ahora, hemos de tener claro que nuestro eje central del entrenamiento deben ser tareas que nos aporten optimización a la vez que prevención. Colocaremos trabajo preventivo de tipo compensatorio tras cada sesión fatigante o que haya tenido unas exigencias para determinadas zonas anatómicas, y, para el trabajo de optimizador-preventivo de cargas no competitivas hemos de tener en cuenta que se basa en programas de fuerza, por lo tanto, debemos respetar los tiempos de recuperación que este tipo de trabajo lleva implícitos, de tal forma que descartaríamos MD+1 y +2 y también MD -1 y – 2, Quedándonos como mejor opción para colocar este tipo de trabajos en la sesión del MD-4 y MD-3. Lógicamente hablando de un microciclo básico de 6 días.
Bibliografía:
(1) Martín-García, A., Díaz, A. G., Bradley, P. S., Morera, F., & Casamichana, D. (2018). Quantification of a professional football team’s external load using a microcycle structure. The Journal of Strength & Conditioning Research, 32(12), 3511-3518.
(2) Romero, D. (2017). Inserción de la acción preventiva en el proceso de entrenamiento. En Seirul·lo, F. El entrenamiento en los deportes de equipo (pp.308-337). Barcelona: Mastercede.
(3) Seirul·lo. F. (2017) ¿Entrenamiento estructurado en los deportes de equipo? En Seirul·lo, F. El entrenamiento en los deportes de equipo (pp.28). Barcelona: Mastercede.
(4) Ekstrand, J. (2013). Keeping your top players on the pitch: the key to football medicine at a professional level. En British Journal of sports medicine 47(12) p. 723.
(5) López-Valenciano, A., Ruiz-Pérez, I., Garcia-Gómez, A., Vera-Garcia, F. J., Croix, M. D. S., Myer, G. D., & Ayala, F. (2020). Epidemiology of injuries in professional football: a systematic review and meta-analysis. British journal of sports medicine, 54(12), 711-718.